Brookfield may est top
...con estilo

Hablemos del Decoro

Por: Ivelisse Agostini
iagostini@placerespr.com

No podía dejar pasar la oportunidad de escribir sobre este tema, luego de que personalmente tuviese que abundar sobre el mismo, mientras visitaba una boutique de ropa femenina.

Es posible lucir hasta ‘sexy’ sin desvestirse… con decoro. Foto: CCO Creative Commons

“El pié forzao” lo provocó que, mientras me hacía cargo de pagar unas piezas de ropa, nos pusiéramos a hablar del afán de protagonismo de algunas mujeres. En la boutique nos encontrábamos tres féminas sobre los 50 años y tres menores de 30, a las que les narré que estando en misa dominical una figura femenina, reconocida en nuestro ámbito local, participaba del recibimiento de un Sacramento por parte de un familiar. No quiero mencionar nombre porque no interesa “el santo, si no el milagro”, pero la persona estaba ataviada con unos “hot pants’ en hilo blanco con un “body suit” transparente, que solo cubría lo indispensable en la parte del frente y de atrás de su torso. Indiscutiblemente, el “outfit”, que completaba una capa absolutamente trasparente con solo bordado en las mangas y el cuello, se trataba de la obra de un diseñador de alta costura. Sin embargo, la cantidad de piel al descubierto, que iban desde las transparencias hasta la ausencia total de ropa desde el muslo hacia los tobillos, mostraba demasiada piel para un evento dentro de una Iglesia. De repente, en otras circunstancias, o sea, de haberlo llevado en otro lugar, no hubiese sido tema de esta conversación.  Pero, la figura en cuestión, quien tiene un cuerpo estilizado, para colmo, no paraba de caminar arriba y abajo por el pasillo central de la Iglesia con sus altísimos tacos, cual si estuviera en pasarela y muy feliz, indicando con ello que quería llamar la atención de todos.

Tras esa narración y sin ningún deseo de crítica, más bien de ilustrar, comenté que para mí, eso representaba una ausencia total de decoro por parte de esta mujer. Aunque no fue realmente una sorpresa, me llamó mucho la atención que las jóvenes presentes en la boutique no supieran el significado de esta palabra. Y digo que no me sorprende, porque hay muchas palabras conocidas entre adultos que parece que no estamos utilizando con la frecuencia que son necesarias y nuestros jóvenes no las conocen.

No nací en cuna de ricos, pero todos los que conocieron a mi madre saben que siempre fue una gran dama que se esmeró en que recibiésemos una buena educación. Mejor aún, aunque toda la vida trabajó, se aseguró de que tuviésemos buenos modales y hablar del decoro teniendo tres hijas mujeres no fue una excepción.

Aunque a mi manera les expliqué a las jóvenes el significado de decoro, busqué en el diccionario y el que más me gustó lo describe como: pudor o recato en la apariencia y en el comportamiento de una persona. Y, entonces, me preocupé porque hoy día casi no se habla de pudor y recato… Y seguí buscando, hasta llegar a lo que casi fue mi explicación: decencia, discreción y respeto en la forma de vestir y comportarse.

Como mencioné al principio, muchas veces la falta de decoro parte del afán de protagonismo, del deseo de llamar la atención. En ese proceso, no solo se falta al sentido de decoro, sino que también se cae en la vulgaridad. No creo que sea el caso de quien provocó mi narrativa en la boutique, pero sí algo que ocurre con frecuencia cuando, en el deseo de aparentar ser muy moderna, en lugar de decorarse con un atuendo, se termina mostrando demasiado.

De esta descripción, las que más disfrutaron fueron las jóvenes en la tienda pues, aunque eran chicas muy modernas que saben de qué se trata ser “chic” ¡Estaban de acuerdo con las más maduritas! Y, es que todas estuvimos de acuerdo que hay formas y maneras de lucir hasta algo “sexy” sin desvertirse.

Luego surgió otra situación algo común cuando hablamos del vestir: la discreción, la cual nos llevó nuevamente al tema del protagonismo. En este caso, una de las damas presentes comentó cómo en la boda de un familiar, la madrina lució un traje demasiado “despampanante” en contraste con el que llevaba la novia. Lo anterior es una falta de discreción, imperdonable, porque el día de la boda, es de la novia, de nadie más (a veces pienso, que ni siquiera del novio, aunque éste decida disfrutarlo hasta la saciedad). Que una madrina haga algo semejante no solo es falta de discreción, si no de muy mal gusto y una falta de consideración… y que conste, que Pipa Middleton, no tenía la menor intención de que su traje fuera el “conversation piece” en la boda de los Príncipes de Inglaterra.

Reitero que quise hablar de un tema que aporta a los mejores intereses de quienes desean tener una proyección de buen gusto y buenos modales. De hecho, tener decoro y ser discreto, es también un asunto de respeto, a nosotros mismos y a quienes nos invitan a compartir su compañía.  Para quien lo prefiera, en la intimidad, allí donde nadie está invitado, puede escoger hacer lo quiera, y cuidado…


Comments are closed.

Back to Top ↑