La adopción, una buena opción
Por: Sylvia A. Agostini editorial@placerespr.com
Cuando tenemos el privilegio de engendrar nuestros hijos, no existen garantías de que todo será perfecto. Pero, nuestro amor hacia ellos es tan inmenso, que hacemos todo tipo de esfuerzo para superar todos los obstáculos que encontramos en el proceso de “criarlos”. Esa misma debe ser la actitud que debemos tener al considerar convertirnos en padres adoptivos.
La adopción es un gesto de amor capaz de ofrecer experiencias positivas y emocionantes. De hecho, estudios al respecto, señalan que un número elevado de las familias que adoptan niños expresan estar muy satisfechas con su decisión. Y es que, el que adopta escoge un niño que, posiblemente lo ha estado esperando y que, sin duda, es una criatura muy deseada.
El proceso ha demostrado propiciar gran satisfacción tanto al niño como a los padres adoptivos y que en la medida en que los padres muestran estar más satisfechos, los niños son capaces de expresar la misma reacción.
Del material considerado al respecto, se desprende que:
- En la mayoría de los casos la familia ha sido más feliz luego del proceso de adopción
- Aun cuando han confrontado algunas dificultades, las relaciones familiares y personales han sido más favorables.
- La propia satisfacción familiar es el mejor indicador del éxito y la garantía de unas relaciones saludables entre el niño adoptado y los padres adoptivos.
- Se afirma que el padre adoptivo promedio expresa con más facilidad sus sentimientos de amor y de afecto, que aquel que tiene alto nivel profesional.
El instinto maternal y la necesidad paterno filial deben prevalecer y motivar a la pareja involucrada a prepararse para un proceso de gran responsabilidad, donde no hay posible devolución. Ante todo, la buena intención y el genuino interés de ser padres, deben llevarnos a superar con especial interés las posibles situaciones que puedan presentar estos niños.
Ese empeño y un amor genuino serán el norte y marcarán las metas de una relación que puede superar a la de un padre natural.
Es importante recordar que cada niño es único y que posee una historia diferente. Por lo general, el niño que está en espera de ser adoptado ha sufrido la separación de su familia de origen y se siente abandonado. Con ese sentimiento tiene que vivir y su familia adoptiva debe reconocerlo. Así podrá ayudarlo a superar con éxito el complejo proceso de la vida. La meta es ser paciente y estar dispuestos a hacer toda clase de esfuerzo para formar una familia funcional, siendo capaces de romper barreras, en un ambiente de amor, donde prevalezcan los valores morales. Sin duda, nos debe guiar el genuino deseo de alcanzar la armonía y la felicidad compartida.
En un reportaje previo, sobre la labor del Hogar de Cuna San Cristóbal, cubrimos los detalles pertinentes al proceso de adopción:
La adopción es una gran opción, tan real e importante como cuando tienes tus hijos de forma natural. Son parecidas circunstancias, pero el compromiso es mayor y así de grande debe ser tu capacidad de dar y recibir amor.
Artículos Relacionados
Precavidos como serpiente …sencillos como la paloma. →
El Amor y la Autoestima Saludable →
Siete Iglesias y Treintitrés Credos →
